martes, 16 de agosto de 2011

Redes de innovación y software libre



Este año se cumplen 20 años del nacimiento de Linux que más allá de su impacto en la industria y su condición de tecnología disruptiva se ha convertido también en una declaración de filosofía o estilo de vida para la comunidad geek. Su origen y crecimiento es difícil de explicar desde parámetros económicos clásicos y, posiblemente, debamos acudir a la economía del comportamiento ("behavioral economics", en inglés) para un mejor entendimiento del fenómeno del software libre. En cualquier caso, se trata de una de las innovaciones clave de la era de Internet junto a la World Wide Web.



En la actualidad, y desde hace tiempo ya, el uso de aplicaciones de software libre y de código abierto se han convertido en algo cotidiano y cada vez más frecuente en el ámbito de la empresa y ofrecen recursos tanto a nivel de infraestructuras como de microinformática. Asimismo, se han extendido paralelamente las licencias de software libre y de código abierto ("open source", en inglés).

Se trata de un modelo de desarrollo, en unos casos, publicitario, filantrópico, o que propone un nuevo modelo de valor alternativo a la que defienden otros competidores en el mercado que utilizan estrategias de plataforma cerrada o software propietario. El software libre, en cambio, se caracteriza por la distribución, junto a la versión objeto, del código fuente, de manera que cualquiera pueda modificarlo o crear otros programas. Asimismo, resulta más sencillo detectar posibles agujeros de seguridad o "bugs" en la jerga informática.

Las licencias de software libre y de código abierto son muy interesantes y complejas desde el punto de vista legal por su uso creativo de la legislación de derechos de autor, así como por su visión de las patentes de software y de la tecnología propietaria en general.

En todo caso, a efectos prácticos, hay que tener en consideración que a menudo las librerías de software libre se distribuyen sin garantías específicas o mantenimiento del desarrollador. Ello implica inter alia que el licenciante no garantiza necesariamente que no se hayan infringido derechos de terceros en el desarrollo de la aplicación o que el licenciatario deba fijar por sus propios medios cualquier posible error o mejora del software.

Por otro lado, al tener acceso al código se pueden comprobar más fácilmente los posibles errores o fallos de programación. En todo caso, el surgimiento de este tipo de licencias ha incrementado la trascendencia de las Due Diligence de propiedad intelectual y licencias de software en el ámbito de las transacciones mercantiles.

Además, conviene examinar cuidadosamente los términos de la licencia al objeto de comprobar que sean compatibles con el modelo de negocio del licenciatario. En algunos casos, para cumplir con los términos de la licencia, el licenciatario tendría que hacer copias de su software de libre distribución y hacer que el código fuente estuviese disponible para su uso y análisis por cualquier persona, incluidos los competidores.

Habitualmente, se considera que las librerías de software libre se redistribuyen bajo una sola licencia. Sin embargo, el desarrollador puede otorgar una licencia distinta cada vez que lo distribuye, si eso le interesa estratégica o económicamente. Esto da paso a interesantes modelos mixtos bajo dos o más licencias, según los casos. Por ejemplo, hay programas de software libre, producidos íntegramente por una empresa (MySQL es uno de los casos más reputados en el mercado), que se distribuyen bajo Licencia Pública General de GNU ("GNU GPL", en su acrónimo en inglés) creada por la Free Software Foundation, pero que también pueden licenciarse de forma privativa si un cliente lo demanda (y está dispuesto a pagar por ello), por ejemplo porque no quiere o no puede cumplir las condiciones de la GPL.