miércoles, 31 de agosto de 2011

Redes sociales y modelos de negocio

De acuerdo con el Eurobarómetro 335 publicado por la Comisión Europea, España está diez puntos por debajo de la tasa media (47%) de penetración de Internet de la Unión Europea (PDF, 54,5 Mb). Además, el Eurobarómetre también explica que sólo el 28% de los españoles participa en redes sociales, cosa que sitúa a España por debajo de la media de la Unión Europea (35%).

Pero no en todo vamos a la cola de Europa. Según el Eurobarómetro referido, España destaca a nivel europeo en penetración de tecnologías como la TDT y el ADSL, menos eficientes que el cable o la fibra óptica que predominan en otros Estados miembros. Estos datos indican cual es el estado de la Sociedad de la Información en España lo que, entre otras consideraciones, es una de las causas de nuestra situación económica. Permítanme, sin embargo, que me centre en la cuestión de las redes sociales a nivel empresarial.

Desde el estallido de la burbuja ".com", la denominada web 2.0, término acuñado por Tim O’Reilly, no ha dejado de florecer y, alguna de sus plataformas, caso de Facebook, ya se han convertido en un fenómeno de masas con biopic incluido. Aun así, su reducido nivel de explotación empresarial en España sólo se entiende como un error estratégico al no entender conceptos asociados como la Ley Metcalfe o las externalidades de red y sus implicaciones en términos de ventaja competitiva y posicionamiento en el mercado.

Gracias a la reducción de los costes transaccionales y la desintermediación consustancial a Internet, las redes sociales no sólo permiten optimizar la cadena de valor empresarial, sino también la explotación de modelos de negocio asociados a las mismas en un mercado auténticamente global. Las crisis son oportunidades y la recesión económica que nos toca vivir tendría que ser una magnífica oportunidad para que las empresas, tanto las grandes multinacionales como las microempresas, se replantearan su estrategia competitiva en la denominada sociedad en red.

Cómo podéis comprobar, no he hablado sobre aspectos legales. Cómo ya es habitual al referirnos en el mundo de la alta tecnología e Internet en general, también en el ámbito de las redes sociales, el derecho y la regulación van por detrás. Sin embargo, esa es otra historia y a pesar de que dicha circunstancia pueda generar cierta inseguridad jurídica y una barrera de entrada al mercado, no tiene que ser impedimento para un incremento de las iniciativas empresariales que usen o se basen en la explotación de redes sociales.